La evolución política de la república

 El Estado republicano mantuvo el Gobierno, pero fragmentado por la acción de diversas organizaciones sindicales y partidos obreros.

La revolución social cambió las formas de propiedad y organización de la producción

REVOLUCIÓN Y DESINTEGRACIÓN DEL PODER REPUBLICANO

Se desencadenó un proceso revolucionario espontáneo. El poder se repartió en múltiples juntas, comités y milicias.

La dispersión organizativa y la ausencia de un mano único dificultaron las operaciones militares.

También se encargaron de dirigir la represión contra los sospechosos, efectuaron detenciones y registros, llevaron a cabo ejecuciones. Se cometieron irregularidades y se desató el anticlericalismo contra sacerdotes y edificios religiosos. Estas acciones fueron incontroladas y espontáneas.

Se llevaron a cabo una revolución socio-económica que provocó un cambio en las relaciones de producción. Esto se plasmó en la ocupación y el reparto de tierras y la confiscación de industrias.

La colectivización varió según las regiones.

Se pusieron en marcha experiencias de comunismo libertario.

En la industria y los servicios más importantes del país, las colectivizaciones se dieron en Valencia, Madrid, Asturias y Cataluña.

No obstante, ante la necesidad del Gobierno de controlar los recursos económicos, se dictaron normas centralizadoras y el Gobierno intervino directamente en industrias estratégicas.

INTENTOS DE REORGANIZACIÓN DEL PODER

Desbordado por el proceso revolucionario y bélico, el Gobierno de Giral dimitió y, en septiembre, se creó el Gobierno presidido por Largo Caballero. Su objetivo era acabar con la dispersión de poderes y reconstruir el Estado para poder centralizar las acciones bélicas.

Se crearon consejos provinciales y municipales-

Se reorganizó el Estado Mayor del Ejército y se unificaron las milicias, se encuadraron profesionalmente dentro de la estructura militar. Se constituyó así el núcleo del Ejército popular.

LA RECONSTRUCCIÓN DEL ESTADO REPUBLICANO

En 1937, el socialista Juan Negrín formó un Gobierno de concentración se apoyó en el Partido Comunista, fortalecido por la ayuda soviética a la República. El nuevo Gobierno reconstruyó la autoridad del Estado. Centralizó los recursos y esfuerzos para ganar la guerra.


Se paralizaron las colectivizaciones, se nacionalizó la economía, se creó la industria de guerra y se militarizaron las principales empresas. El ejército popular se hizo realidad, se dotó de jefes militares de prestigio, como Enrique Líster,

El fracaso de este remozado Ejército provocó una crisis en el Gobierno. Negrín, apoyado de comunistas, propugnó una política de resistencia a ultranza.

Con el objetivo de obtener el apoyo internacional, se presentó el Programa de los 13 puntos, que contenía las bases para finalizar la guerra y los principios políticos que debían regir la República en el futuro.

EN la retaguardia los desastres del frente y la prolongación de la guerra provocaron una situación desesperada: la inflación, la disminución de la producción, encarecimiento de las subsistencias, el racionamiento y la aparición del mercado negro.

Las críticas contra Negrín arreciaron: tanto el presidente Añaza como los socialistas, anarquistas se opusieron a la excesiva concentración y centralización del poder, y empezaron a inclinarse por la finalización de la guerra.

Comentarios